sábado, 12 de mayo de 2012

Obsolescencia programada.

Me acaba de ser enviada una noticia sobre la obsolescencia programada que no tiene desperdicio:

Tengo 50 años. Nací en Córdoba y vivo en Cataluña. Casado, dos hijos. Licenciado en Económicas, dirijo una empresa de tecnología. Parte de sus beneficios se destinan a labores humanitarias. Estamos cargándonos el planeta a base de fabricar sin medida. Creo en la ciencia.
 
Y un buen día dejó de funcionar...
Se llama obsolescencia programada: los fabricantes de todo tipo de aparatos electrónicos los programan para que duren un tiempo determinado.
 
Eso no pasaba en tiempos de mi abuela.
Antes un frigorífico duraba treinta años, ahora seis. Unas medias de nailon prácticamente irrompibles se dejaron de fabricar.
 
¿Quién inventó esa atrocidad?
La revolución industrial. El concepto se desarrolló entre 1920 y 1930. Antes, un empresario o sus suministradores de materia prima montaban su negocio con dinero familiar. Entonces los bancos les dijeron: "Amplíen su negocio, vendan más, yo les dejo el dinero".
 
Y lanzaron los créditos al consumo.
Y ya tenían controlado todo el ciclo de vida del producto. Pero querían más y decidieron acortar la vida de los productos. Así llegamos a los años setenta, en que el 80% de la riqueza del mundo se concentraba en el 20% de la población, esos que controlaban.
 
Ahora se la reparte un 7%.
Sí, bancos que tienen empresas y empresas que tienen bancos: las multinacionales, que hacen que los productos duren menos y se vendan más. El resultado es la explotación de los recursos de la Tierra y toneladas de residuos innecesarios que se están cargando el planeta.
 
Pero ahí está esa bombilla que lleva 111 años encendida.
Sí, en un parque de bomberos en Livermore (California). Decidí crear, junto con 22 ingenieros, una línea de iluminación aplicada a la tecnología led y contribuir a detener la locura de la obsolescencia programada.
 
Otros fabricantes lo intentaron.
Hay una decena de patentes de bombillas con más de 100.000 horas de uso (entre 60 y 70 años encendidas), pero nunca han llegado a salir al mercado. Hay una organización que controla a los fabricantes de bombillas. No es oficial, pero yo doy fe de que existe.
Más en: la vanguardia

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